Son 400, los mismos desde hace unos tres siglos. Millet, el vailet de chambre del patriciado barcelonés, el que repartía los dividendos negros del Palau de la Música, dice que son exactamente 44 familias; si lo sabrá él, que se encargaba de recoger el dinero de los sobornos y confeccionar los sobres para sus amos.
En su libro L'oasi català, los periodistas Pere Cullell i Andreu Farràs repasan una a una esas familias, sus orígenes, sus relaciones y algunos chanchullos históricos (nada que ver sin embargo, con lo que ahora vamos conociendo; el libro es de 2001).
Los apellidos que aparecen en las trescientas y pico páginas de este ensayo suenan, en Catalunya y también más allá. Son la crema de la crema de la "alta sociedad civil catalana" (vulgo, de la gran burguesía barcelonesa). Generación tras generación han vivido entrelazados entre ellos hasta el paroxismo con vínculos de sangre, de negocios, políticos, de amistad, de odio... Y casi nunca ponen todos los huevos en la misma cesta: banqueros rapaces, abogados de éxito, eclesiásticos excelsos y militares y políticos franquistas se entremezclan sin solución de continuidad en las mismas familias con alegres vividores, políticos de izquierdas incluso radicales y desde luego, con nacionalistas catalanes furibundos.
Son Catalunya, así se definen a sí mismos. Vale la pena conocerlos.
L'oasi català. de Pere Cullell y Andreu Farràs. Editorial Planeta. Barcelona, 2001 (en catalán).
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