Es de sobra conocida desde hace años la relación entre Andorra y la evasión de capitales, el contrabando al por mayor y toda clase de tráficos que proporcionen jugosos dividendos. Este Estado de opereta bufa cuya soberanía al menos sobre el papel se reparten España y Francia, teniendo por "copríncipes" al obispo de Seu d'Urgell y al presidente de Francia (a título de sucesor de los Borbones franceses), representa una tentación demasiado grande para sinvergüenzas como la familia Pujol y en general para las élites catalanas, que lo aprovechan a fondo como paraíso fiscal y sobre todo como puerta a paraísos fiscales de más enjundia.
Ayer tarde en La Sexta se comentaba la "íntima asociación" existente entre las élites andorranas y las bandas de evasores de capitales que se están desentrañando en los últimos años entre los miembros de la gran burguesía catalana. Efectivamente, ello es así, esas relaciones vienen de antiguo y no se fundamentan solo en lo económico. Para muchos catalanes nacionalistas incluso no necesariamente delincuentes, Andorra, que además de estar ahí al lado es el único país del mundo cuyo idioma oficial es el catalán, constituye algo así como un patio trasero de casa que sin ser exactamente "casa nostra" al menos de manera oficial si lo es dentro del corazón, y al parecer de la cartera de muchos.
Andorra es un Estado no solo permisivo sino colaborador activo de la corrupción catalana y también española. Sus leyes castigan duramente la violación del "secreto bancario" que proteje los depósitos en bancos andorranos de granujas como los Pujol. Apoyándose en esa colaboración y en el colmo del cinismo, Jordi Pujol y sus abogados preparan para fin de mes una demanda requiriendo acciones penales contra directivos y empleados de dos bancos andorranos, por la delación de que supuestamente ha sido objeto al haber aparecido información sobre sobre saldos y movimientos de sus cuentas en Andorra. La maniobra del clan Pujol busca paralizar las investigaciones de la UDEF española y cortar de cuajo el grifo informativo mediático, "obligando"a los bancos andorranos a dar la callada por respuesta ante cualquier indagación sobre esas cuentas. Una vez más los delincuentes aprovechan leyes cortadas a medida para intentar parar lo que se les viene encima.
Todo eso no sería posible, repito, sin la colaboración de quienen gobiernan y se lucran con el Estado andorrano. Un "país" por cierto cuya legislación laboral se equipara a la de los países semiesclavistas del Golfo Pérsico, ya que por ejemplo los trabajadores imigrantes, la inmensa mayor parte de la población activa y casi todos españoles o portugueses, carecen de toda clase de derechos precisamente por ser extranjeros. Un país corrupto y fascista pues con una seudodemocracia restringida a algunos miles de "ciudadanos de derecho", entre los que por cierto se cuentan decenas o centenares de artistas, deportistas, empresarios y otros evasores de capitales catalanes y españoles, quienes para evitar pagar impuestos aquí han comprado la nacionalidad de un país "libre de impuestos" que no poseían por nacimiento.
Andorra, agujero negro donde desaparecen los capitales peninsulares, un Estado-granuja que debería avergonzar a Europa.
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